El movimiento “Ciudades Educadoras” se inició con el objetivo común de trabajar conjuntamente en proyectos y actividades para mejorar la calidad de vida de los habitantes de las ciudades participantes.
Actualmente la Red Estatal de Ciudades Educadoras (R.E.C.E.) tiene ventajas como la de formar parte activa de un conjunto de ciudades con una filosofía común de ejercitar y desarrollar esta función paralelamente a las tradicionales (económica, social, política y de prestación de servicios), con la mira puesta en la formación, promoción y desarrollo de todos sus habitantes, atendiendo prioritariamente a los niños y jóvenes, pero con voluntad decidida de incorporación de personas de todas las edades a la formación a lo largo de la vida.
De esta forma, La Línea, como ciudad educadora, podrá, con sus instituciones educativas formales, intervenciones no formales e informales, colaborar, bilateral o multilateralmente, para hacer realidad el intercambio de experiencias y tener acceso a programas, iniciativas y recursos derivados de Organismos Internacionales como la Unesco, Unión Europea, OEI, etc. Asimismo, podrá formar parte de las redes territoriales y temáticas, entre las que se encuentra la lucha contra el fracaso escolar y la transición escuela-trabajo o las tecnologías de la información y la comunicación en los procesos de aprendizaje.
Entendiendo la ciudad educadora como una extensión efectiva del derecho fundamental a la educación, Gabriel Gonzálvez expone que de lo que se trata es de producir una verdadera fusión, en la etapa educativa formal y en la vida adulta, de los recursos y la potencia formativa de la ciudad con el desarrollo ordinario del sistema educativo, laboral y social
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